I
El laberinto ahora abandonado era un lugar
de peregrinación, normalmente nadie hubiera querido ir a
semejante destino pues la suerte de casi todos los visitantes en aquel
lugar era la muerte. Por esa razón la asistencia era obligatoria para
los convocados; un acuerdo entre el habitante del laberinto y la
humanidad, donde el destructor permite mitigar la angustia de sus
convidados en tiempo y espacio y por eso siempre habita el laberinto y
siempre cita cada 7 años, así termina la incertidumbre de lugar y hora,
así también disminuyen las fatigas del monstruo persecutor, aunque claro
esta, el monstruo no se cansa jamás, tampoco come ni duerme ni sueña,
solo espera.Cada 7 años todos lo reyes, los lideres y los grandes señores del poder reciben una invitación a través del sueño para asistir al banquete del poder y entonces desesperan. Entre todos los poderosos hay uno que es el más grande, uno sobre quien nadie esta, y quien no necesita gobernar, él habita el laberinto y vive en salas creadas con cabezas de reyes, líderes y grandes señores.
El más poderoso jamás usa su poder, solo lo acumula, nunca da órdenes, nunca pide, nunca exige, solo espera su ofrenda cada 7 años. El más poderoso sabe que el poder deforma la voluntad, retuerce la cordura y se alimenta malamente del corazón, por eso no deja que su poder despierte.
Sus ojos ven claro, su mente es transparente, el sabe que debe ser así por que es un juez, su mirada insensible a la luz puede ver como el poder devora las cosas vivas, y como las cosas vivas devoradas por el poder devoran todo lo demás. Para eso esta él, para que nada crezca demasiado alto.
Antes, los reyes, líderes y grandes señores duraban solo 7 años, y la ambición se consideraba una osadía que despierta lástima, el sacrificio de uno a cambio del de todos, era un tiempo en que ser rey era considerado un acto demasiado altruista o desesperado. Nadie deseaba más de lo que podía abarcar, nadie sufría de sed.
Pero la humanidad empezó a crecer demasiado, y la cantidad de líderes aumentó, y cada 7 años eran más los sacrificados ante el más grande, y eran tantos que sus voces juntas eran solo ruido, y ocultos en el ruido empezaron a planear susurrando como cambiar su destino.
II
Una entre los grandes señores entendió la estructura del laberinto, otro descubrió la naturaleza del arma que usarían, otros tres crearon el arma, uno mas virtuoso compuso un plan que como una orquesta debía ser ejecutado por muchos. Y entre todos encontraron a un campeón, el más cruel y astuto: Teseo el lobo, el que en la tranquilidad de sus actos conjura todo miedo.
Un día el habitante del laberinto descubrió que no tenia paz, trato de escuchar el corazón de sus ofrendas pero eran tantos que el ruido era insoportable, pensó que cuando los tuviera más cerca podría ver sus corazones. Y su sombra le seguía con inquietud evitando mirar a sus ojos ciegos. Rozaban sus manos la piedra y lo que antes sentía como casa era ahora trampa “¿Por qué el corazón del más poderoso no esta tranquilo?” pensaba en silencios espesos que lo ahogaban… necesitaba una salida, una puerta oculta… pero él no sabia de esas cosas, jamás había huido de nada pues era él era más poderoso… y sintió que eran palabras vacías, que mil millones de hormigas una sobre otra podrían ser mas grandes que él. Dibujo en la tierra la forma de un mensajero y le envió en busca del maestro de los reversos.
III
Como una sinfonía interpretada por virtuosos sincronizados el plan se ejecuto. El corazón de mujer de Ariadna confió y entregó el camino en el tiempo indicado, el arma pasó entre sombras y la astucia de Teseo oculto su voluntad.
Teseo llego a la sala de los reyes y saludo con respeto a las caras de mil millones de reyes en un gesto que no delato su deseo, se arrodillo ante el destructor y sus movimientos lobunos no confesaron su certeza, y cuando el devorador de reyes tomo entre sus manos la peluda cabeza con un gesto que había repetido mil millones de veces en esa sala, el lobo saco del su boca el arma que atravesó le atraveso la cabeza
IV
(en proceso...)
